Saber componer nuestros platos, escogiendo los alimentos adecuados y en su cantidad justa, en los diferentes horarios de las comidas, es todo un arte y fundamental para el equilibrio de nuestra salud.
Debes tener en cuenta algunas consideraciones básicas como evitar los carbohidratos de absorción rápida, como son los almidones, cereales refinados y azúcares. También es fundamental evitar la grasa de mala calidad, los aditivos (como son los colorantes, saborizantes y otros químicos típicos en los alimentos procesados), alimentos pobres en nutrientes (incluyendo algunas frutas y vegetales cultivadas de forma “inadecuada”, de ahí la recomendación que sean ecológicas de preferencia), el consumo de sodas y refrescos en lugar de agua filtrada o el abuso de la sal refinada sin antes haber probado la comida.
Cuando te sientes a comer sigue la regla “hari hachi bu“, propia de los habitantes de Okinawa, una de las poblaciones más longevas del planeta. Esa simple regla se traduce en “llenos al 80 por ciento”, es decir, dejan de comer cuando están ligeramente satisfecho. Es un error comer demasiado, incluso cuando se trata de alimentos que son sanos y adecuados, pero como todo en la vida, en su justa medida.
Debes tener en cuenta algunas consideraciones básicas como evitar los carbohidratos de absorción rápida, como son los almidones, cereales refinados y azúcares. También es fundamental evitar la grasa de mala calidad, los aditivos (como son los colorantes, saborizantes y otros químicos típicos en los alimentos procesados), alimentos pobres en nutrientes (incluyendo algunas frutas y vegetales cultivadas de forma “inadecuada”, de ahí la recomendación que sean ecológicas de preferencia), el consumo de sodas y refrescos en lugar de agua filtrada o el abuso de la sal refinada sin antes haber probado la comida.
Cuando te sientes a comer sigue la regla “hari hachi bu“, propia de los habitantes de Okinawa, una de las poblaciones más longevas del planeta. Esa simple regla se traduce en “llenos al 80 por ciento”, es decir, dejan de comer cuando están ligeramente satisfecho. Es un error comer demasiado, incluso cuando se trata de alimentos que son sanos y adecuados, pero como todo en la vida, en su justa medida.
No debemos dejar de lado “cuándo debemos comer“, pues muchas veces nos centramos en lo que debemos comer pero nos saltamos el desayuno y comemos abundantemente antes de irnos a la cama. Es mucho mejor ingerir comidas pequeñas y frecuentes durante el día (3 comidas principales y de dos a tres meriendas), antes de hacer una sola comida y en abundancia aunque se ingieran la misma cantidad de calorías totales. Ello mejorará el funcionamiento de tu metabolismo, regulará tu glicemia y sentirás menor deseo de ingerir alimentos dulces especialmente que ponen en riesgo tu salud y control del peso.
Si además de lo anterior te animas a respirar cinco veces antes de cada comida (aspirando por la nariz y soltando el aire por la boca), estarás alcanzando, con esta técnica simple, el equilibrio perfecto para reducir las hormonas del estrés y preparar tu sistema digestivo a asimilar mejor los nutrientes de los alimentos, al mismo tiempo que evitaremos comer de forma compulsiva.
Si además de lo anterior te animas a respirar cinco veces antes de cada comida (aspirando por la nariz y soltando el aire por la boca), estarás alcanzando, con esta técnica simple, el equilibrio perfecto para reducir las hormonas del estrés y preparar tu sistema digestivo a asimilar mejor los nutrientes de los alimentos, al mismo tiempo que evitaremos comer de forma compulsiva.
Crea el plato perfecto
La mitad (1/2) de nuestro plato: verduras con poco almidón como espárragos y brócoli.
Una cuarta parte (1/4) de nuestro plato: proteína de calidad como pescado (evitando los peces grandes), pollo de caserío, huevos eco en lo posible, nueces y/o legumbres.
La otra cuarta parte (1/4) de nuestro plato: granos enteros como arroz integral o negro o cereales salvajes como quinoa.
® Departamento Técnico de Nutergia