La microbiota vaginal: protectora de la zona íntima femenina
Al igual que el intestino, la mucosa vaginal está cubierta por miles de millones de bacterias, que constituyen la microbiota vaginal.
Esta microbiota actúa como una barrera protectora para la zona íntima femenina.
La microbiota vaginal
La microbiota vaginal se constituye aproximadamente de 1000 millonesde bacterias, por mililitro de secreción vaginal: tanto como la microbiota bucal, pero menos que la microbiota del colón, que contiene al menos 1000 veces más.
Se diferencia del resto de microbiotas del cuerpo por su pH ácido (pH ~ 3,5 – 4,5), por la simplicidad de las cepas (en la mayoría son lactobacilos) y por la riqueza de diversidad del tipo de lactobacilos[1].
La microbiota vaginal se constituye de[2]:
- Lactobacilos dominantes (L. gasseri, L. crispatus, L. jensenii, L. iners).
- Lactobacilos minoritarios (L. fermentum, L. rhamnosus, L. vaginalis, L. reuteri…).
- Una baja tasa de bacterias que pueden evolucionar a patógenas si no son controladas (Prevotella, Gardnerella, E. coli…).
La función protectora la ejercen los lactobacilos, que dominan el 90% de la flora vaginal.
Papel protector de los lactobacilos
Los lactobacilos vaginales garantizan esa protección gracias a varios mecanismos:
- Producción de ácido láctico que ayuda a mantener el pH ácido y la flora vaginal sanas[5].
- Producción de sustancias con propiedades antimicrobianas[6-7] (bacteriocinas, H2O2
- Inhibición de la adhesión de los patógenos en las células epiteliales vaginales por antagonismo competitivo.
- Producción de tensioactivos que reducen la adhesión de los patógenos en DIU por ejemplo[8] (dispositivos intra-uterinos).
- Competición para las fuentes de nutrientes.
- Adhesión a los patógenos para crear un microambiente desfavorable o para destruir sus biofilms[9].
- Modulación de la inmunidad local [10].
El bienestar femenino depende del equilibrio de la microbiota vaginal.
El picor, la irritación, la sequedad y el malestar pueden estar relacionados con un cambio en la población de microorganismos de este frágil ecosistema.
Estas molestias son más frecuentes en verano, favorecidas por factores como el calor y la transpiración, la natación, el uso de jabones detergentes, etc.
Antibióticos y antifúngicos: eficaces, pero con recidivas importantes
Los antibióticos y los antifúngicos son bastante eficaces para eliminar el patógeno[24].
Sin embargo, no permiten a una microbiota vaginal sana y equilibrada en lactobacillus desarrollarse de forma adecuada [15]. Por eso se suelen observar recidivas en los meses posteriores al tratamiento[24].
Efectos beneficiosos de los probióticos
Estudios han demostrado que los probióticos que se toman por vía oral, colonizan en primer lugar la microbiota gastro-intestinal, para después restablecer una microbiota vaginal sana[30].
La toma de probióticos en asociación con los tratamientos convencionales permite luchar frente a las recidivas asociadas a las disbiosis[31].
Su uso durante el embarazo resulta muy interesante dado que contribuye a la implementación de la microbiota del recién nacido a través de la microbiota vaginal e intestinal de la madre
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¡En verano, disfruta de tu bienestar y salud íntima. ¡ Que nada te pare!