SUPRALFA un complejo de oligoelementos rico en hierro
La importancia de un complejo de oligoelementos rico en hierro
La importancia del papel del hierro en la salud es reconocido desde hace siglos. Gracias al progreso de la medicina, especialmente de la hematología, la bioquímica y la nutrición en el siglo XX, se ha podido conocer mejor el metabolismo y las consecuencias de la deficiencia en hierro; que aún sigue siendo una preocupación en la mayoría de las mujeres en edad de procrear, niños/adolescentes y personas de edad avanzada.
El hierro: metabolismo – distribución – absorción
Nuestro organismo contiene entre 3 g (en caso de la mujer) a 5 g (en caso del hombre) de hierro, lo que le convierte en el elemento traza más importante. Nutriente esencial con propiedades oxidantes (y por lo tanto con potencial tóxico), su concentración debe ser regulada por homeostasis.
En caso de tener niveles elevados, su absorción intestinal es inhibida por una hormona producida por el hígado la hepcidina, y su excreción fecal aumenta. La regulación también se logra mediante la modulación de la expresión de las proteínas encargadas de su absorción, de su almacenamiento (ferritina) y de su liberación al torrente sanguíneo (ferrotransferrina). Las reservas de hierro se sitúan a nivel de hígado, bazo y médula ósea; pueden tener grandes fluctuaciones sin afectar sus funciones. La ferritina sérica sirve de indicador del nivel de reserva.
El metabolismo del hierro es único y es virtualmente un bucle cerrado: después de la destrucción de los glóbulos rojos de la sangre, la descamación de las células del tracto intestinal, el hierro es recuperado y reutilizado; sus pérdidas son muy bajas (1 a 2 mg/día), normalmente compensadas por aportes alimentarios. A estas pérdidas basales debemos sumar una pérdida de 0,4 a 0,5 mg/día durante la menstruación en el caso de la mujer.
Las necesidades en hierro son del orden de 1-2 mg/día. Su absorción intestinal varía según su forma química y, por lo tanto, según su origen alimentario: el hierro tipo hemo de la carne y del pescado tiene un coeficiente de absorción del 25%, por el contrario el hierro no hemo de origen vegetal tiene una absorción inferior al 5%. Las necesidades de hierro se han fijado con el fin de garantizar las reservas más adecuadas y se han estimado en 9 mg/día en el caso del hombre y de 16 mg/día en el caso de la mujer que no esté en etapa de menopausia. En el caso de los niños entre 3 a 17 años las necesidades varían entre 7 a 14 mg/día. Las necesidades aumentan en caso de crecimiento, embarazo, lactancia, práctica deportiva intensa.
La absorción se realiza por la mucosa intestinal bajo la forma de Fe2+. +. Nutrientes específicos con efecto reductor como vitamina C, pero también los aminoácidos, cisteína, lisina, histidina y otros ácidos orgánicos (cítrico, láctico), que reducen Fe3+ en Fe2 y aumentan su absorción. Dicha absorción se reduce de forma considerable por los taninos (café, té, vino tinto) que lo quelan, así como por el calcio y fosfatos. La absorción del hierro no hemo se facilita en presencia del hierro hemo.
El hierro: funciones fisiológicas
- Más de 2/3 del hierro está presente bajo la forma de hemoglobina, transportador del O2 a los tejidos, y de mioglobina, relacionada con el almacenamiento del hierro en los músculos.
- El hierro es el componente de diversas enzimas (citocromos, catalasas, xantina oxidasa, monoamina oxidasa, NADH deshidrogenasa…), implicadas en las reacciones de óxido-reducción, además de otros roles importantes.
Importancia de un complejo rico en hierro
Deficiencias / carencias y suplementación
En caso de ruptura del equilibrio del hierro, el organismo utiliza sus reservas. Una vez agotadas, las funciones metabólicas donde interviene el hierro se desequilibran (transporte de oxígeno, funciones cognitivas, metabolismo energético, función inmunitaria… ). Debilidad, cansancio físico e intelectual, tendencia a tener frío, problemas con la concentración, irritabilidad, piel seca, infecciones recurrentes se manifiestan. Los aportes en hierro en general son insuficientes: en el estudio INCA2, los aportes promedios en hierro fueron 11,6 mg/día en caso de las mujeres adultas y aproximadamente de 10 mg/día en caso de los niños. En el estudio SU.VI.MAX, 45% de las mujeres no tenían ni ⅔ partes de las necesidades recomendadas y un 23% tenían las reservas de hierro insuficientes. En els estudio Val-de-Marne, el déficit en hierro es del 29% en el caso de niños de menos de 2 años, 14% en el caso de 2-6 años, 15% en adolescentes, y 10% en mujeres en edades de procrear. Un estudio reciente mostró una deficiencia en niños europeos. Las personas de edad avanzada suelen tener también carencias en hierro.
La utilidad de una suplementación en hierro, a dosis de 80 mg/día, se ha demostrado en un estudio con 144 mujeres entre 18 a 55 años, no anémicas, pero con un cansancio crónico. El cansancio y los síntomas de ansiedad asociados se redujeron considerablemente. Por otro lado el consumo de 50 mg de hierro 2 veces por semana durante 12 semanas por estudiantes con anemia o no, permitió mejorar los indicadores hematológicos pero también las funciones cognitivas, especialmente la atención.
En caso de estudiantes deficientes en hierro, otro estudio demostró que la administración de 300 mg de hierro 5 veces por semana, durante 12 semanas, mejoró considerablemente la función de la tiroides (concentraciones de T4, T3 y FT4).
En las mujeres embarazadas de 18a 45 años, el consumo cotidiano de 30 mg de hierro más 30 mg de zinc durante 3 meses mejora significativamente el nivel de hierro.
ATTIA-ATTIA et al demostró que la suplementación en hierro durante 3 meses en el caso de niños con anemia mejoró significativamente la inmunidad celular (maduración de los linfocitos T); estos resultados han sido validados por otro estudio que demuestra que no hay efecto sobre la inmunidad humoral.