La raíz de muchos trastornos de la salud, hoy considerados graves y crónicos, como son las enfermedades cardiovasculares, las neurodegenerativas o incluso la obesidad, está en la inflamación.
Evitar la aparición del proceso inflamatorio, o en su defecto controlarlo, es fundamental para nuestra salud. La clave está en nuestra microbiota: conjunto de microorganismos que se encuentran repartidos en distintas zonas del cuerpo humano y que, en un individuo sano, nos ayudan a producir vitaminas, a protegernos, contra la colonización de otros microorganismos que pueden ser patógenos, y, en la digestión de los alimentos, entre otros beneficios.
La microbiota gastrointestinal y vaginal
La microbiota gastrointestinal y vaginal que conforma el tracto gastrointestinal y la vagina es de gran importancia para la salud del ser humano.
Nacer mediante un parto natural, haber recibido lactancia materna, tener una alimentación buena en fibra prebiótica de calidad, el consumo de probióticos y el control a la exposición dañina a los microbios presentes en el medio ambiente, son medidas básicas para tener una microbiota saludable.
Ello nos permitirá controlar la inflamación y conservar la integridad de nuestra barrera intestinal, logrando evitar el paso hacia la sangre de sustancias nocivas que activan procesos inflamatorios en arterias, riñones, corazón, hígado, huesos… e incluso a nivel de sistema nervioso (cerebro).
Nuestra flora intestinal alterada (problema conocido como disbiosis intestinal) está ocasionada especialmente por el efecto de ciertos medicamentos de forma repetida (antibióticos), el estrés o los malos hábitos alimentarios como es el consumo excesivo de azúcares simples en la dieta.
Incluso se ha postulado que el consumo de probióticos podría ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad en pacientes afectados (referencia: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23470617). También existen estudios que relacionan el consumo de probióticos con la reducción de los depósitos de grasa en pacientes con sobrepeso u obesidad (referencia: http://www.nature.com/nrendo/journal/v7/n11/full/nrendo.2011.126.html).
¿Podrían medidas básicas como los cambios en nuestra alimentación, la ingesta de probióticos y el parto natural afectar a la microbiota de tal forma que se reduzca realmente la inflamación, y, por lo tanto, reducir la existencia y la gravedad de muchas enfermedades crónicas?
La evidencia científica que actualmente se está dando a conocer indica que sí.
Los probióticos
Como usuarios de probióticos es sumamente importante saber que no todos los probióticos que ofrece el mercado son iguales y nos entregan los beneficios para nuestra salud que buscamos. Uno de los probióticos que más respaldo tiene es el Lactobacillus rhamnosus GG, que nos ayuda especialmente a combatir infecciones respiratorias, problemas intestinales e incluso problemas de piel como el eczema. Recientemente se ha observado que es capaz de influir en la microbiota en general, mejorando la presencia de otros microorganismos benéficos y reduciendo la presencia de los patógenos (referencia: http://mbio.asm.org/content/6/2/e00231-15).
Nutergia garantiza probióticos estables de calidad suprema en sus productos, combinando diferentes cepas con una potencia (cantidad) mínima garantizada.
La interesante cepa Lactobacillus rhamnosus GG está presente en los todos los probióticos de Nutergia
© Artículo elaborado por el Departamento Técnico de los Laboratorios Nutergia.
